Miedos que todo emprendedor atraviesa
El miedo se alimenta de miedo, por lo que las personas deben hacer frente a aquello que más los atemoriza, reconocerlos y encontrar la mejor forma de superarlos.
El miedo es una parte fundamental en la vida de todas las personas. Este se puede presentar como una sensación de angustia y de desconfianza cuando se está frente a una situación de riesgo, pero que, en términos generales, sentir miedo es lo que mantiene a salvo a todo ser vivo.
Todos los emprendedores en algún momento han sentido miedo y, en ocasiones, ha sido el principal factor por el cual muchos de ellos han terminado desertando o dejando de lado su emprendimiento o aquella idea de negocio. El miedo se alimenta de miedo, por lo que las personas deben hacer frente a aquello que más los atemoriza, reconocerlos y encontrar la mejor forma de superarlos.
Estos son los más comunes:
1. Miedo al cambio: El cambio puede presentarse en ocasiones como una amenaza que rompe con aquello con lo que uno se siente cómodo, y esto puede ser un aspecto que juegue en contra para seguir avanzando. Hoy en día es importante adaptarse a los cambios que nos presenta la vida, pues vivimos en una era que constantemente va evolucionando y eso no va a parar. Por esa razón, la mejor estrategia para combatir este miedo es “adoptando y adaptando” lo nuevo. Aprovechar las oportunidades que nos trae este movimiento y utilicemos ese viento a nuestro favor.
2. Miedo al fracaso: Este es uno de los mayores miedos que se deben enfrentar, muchas veces se vive pensando en qué dirá el resto si se enteran de que el emprendimiento fracasó, ¿pero realmente es importante vivir pensando en cómo reaccionarán? El fracasar llena a las personas de angustia porque existe una alta probabilidad de perderlo todo y, quienes han emprendido, lo saben perfectamente. Es bueno pensar siempre en positivo y todo lo malo que pueda surgir debe ser tomado como una oportunidad para aprender y seguir mejorando.
Hay que vivir sin arrepentirse de no haber hecho aquello que se pensó hace varios años y que nunca se llevó a cabo por miedo a fracasar. “Imagina donde estarías hoy si hubieras comenzado tu proyecto cuando lo pensaste”.
3. Miedo a no generar los suficientes ingresos: Cuando uno emprende, es evidente pensar si se logrará vender lo suficiente o si el público estará interesado en este nuevo producto o servicio. Lo ideal y más seguro es tener un producto mínimo viable que haya sido probado y validado en el mercado, así se sabrá que hay una alta posibilidad de generar ingresos. Se debe ser paciente y entender que al inicio no necesariamente se podrán visualizar grandes flujos de dinero para cubrir algunos de los costos que necesita el emprendimiento.
Todo negocio, al comenzar, necesita una dosis de inversión, luego de unos meses se podrá ver pequeños ingresos. Para ello, se puede contar con un plan B como tener ahorros o pedir prestado a un familiar, que pueda sostener ese corto periodo donde uno prácticamente no recibe ningún efectivo.
4. Miedo a compartir su idea: Es común pensar que, si se le cuenta a alguien la idea, otra persona la puede robar y por temor a eso es que muchas personas optan por no contarla y comenten un grave error. Al compartir la idea con amigos o familiares, esta se puede testear y a validar, recibiendo así un buen feedback por parte ellos. Es muy probable que otras personas tengan la misma idea que uno, pero no todas tienen la misma pasión o conocimiento para llevarla a cabo.
5. Miedo a vender y hablar en público: “Emprendedor que no vende, muere”. No es fácil pararse frente a un público y vender una idea o producto, pero esto se va perfeccionando si se tiene actitud, todo parte por ahí. En el camino, se irá mejorando la técnica para saber cómo llegar al público y qué cosas se deben decir y qué otras no. El miedo puede paralizar a cualquier persona, pero es vital tener las ganas de aprender y no dejarse vencer.
6. Miedo de no ser lo suficientemente bueno: Cuando se decide emprender muchas dudas vienen a la mente, una de ellas está relacionada con cuestionarse uno mismo si será lo suficientemente bueno para hacerlo o no. Para algunas personas, este miedo se puede volver un gran problema, pues no importa lo mucho que trabajen, siempre se sentirán menos capaces. Por ello, es importante tener claro que nadie es perfecto, que los errores están para que uno pueda aprender y no se debe dejar que los miedos dominen los pensamientos.
Es por eso que es muy importante contar con un equipo que se complemente, y que cada uno sea el “experto” en su tema. De esa manera no estarán solos y podrán servir de soporte emocional y profesional para llevar a cabo el emprendimiento.
¿Te resonó? ¿Te sentiste identificada? ¿Cuál es el miedo que más te da? Te leo.
Tu Secre Amiga Virtual
El miedo se alimenta de miedo, por lo que las personas deben hacer frente a aquello que más los atemoriza, reconocerlos y encontrar la mejor forma de superarlos.
El miedo es una parte fundamental en la vida de todas las personas. Este se puede presentar como una sensación de angustia y de desconfianza cuando se está frente a una situación de riesgo, pero que, en términos generales, sentir miedo es lo que mantiene a salvo a todo ser vivo.
Todos los emprendedores en algún momento han sentido miedo y, en ocasiones, ha sido el principal factor por el cual muchos de ellos han terminado desertando o dejando de lado su emprendimiento o aquella idea de negocio. El miedo se alimenta de miedo, por lo que las personas deben hacer frente a aquello que más los atemoriza, reconocerlos y encontrar la mejor forma de superarlos.
Estos son los más comunes:
1. Miedo al cambio: El cambio puede presentarse en ocasiones como una amenaza que rompe con aquello con lo que uno se siente cómodo, y esto puede ser un aspecto que juegue en contra para seguir avanzando. Hoy en día es importante adaptarse a los cambios que nos presenta la vida, pues vivimos en una era que constantemente va evolucionando y eso no va a parar. Por esa razón, la mejor estrategia para combatir este miedo es “adoptando y adaptando” lo nuevo. Aprovechar las oportunidades que nos trae este movimiento y utilicemos ese viento a nuestro favor.
2. Miedo al fracaso: Este es uno de los mayores miedos que se deben enfrentar, muchas veces se vive pensando en qué dirá el resto si se enteran de que el emprendimiento fracasó, ¿pero realmente es importante vivir pensando en cómo reaccionarán? El fracasar llena a las personas de angustia porque existe una alta probabilidad de perderlo todo y, quienes han emprendido, lo saben perfectamente. Es bueno pensar siempre en positivo y todo lo malo que pueda surgir debe ser tomado como una oportunidad para aprender y seguir mejorando.
Hay que vivir sin arrepentirse de no haber hecho aquello que se pensó hace varios años y que nunca se llevó a cabo por miedo a fracasar. “Imagina donde estarías hoy si hubieras comenzado tu proyecto cuando lo pensaste”.
3. Miedo a no generar los suficientes ingresos: Cuando uno emprende, es evidente pensar si se logrará vender lo suficiente o si el público estará interesado en este nuevo producto o servicio. Lo ideal y más seguro es tener un producto mínimo viable que haya sido probado y validado en el mercado, así se sabrá que hay una alta posibilidad de generar ingresos. Se debe ser paciente y entender que al inicio no necesariamente se podrán visualizar grandes flujos de dinero para cubrir algunos de los costos que necesita el emprendimiento.
Todo negocio, al comenzar, necesita una dosis de inversión, luego de unos meses se podrá ver pequeños ingresos. Para ello, se puede contar con un plan B como tener ahorros o pedir prestado a un familiar, que pueda sostener ese corto periodo donde uno prácticamente no recibe ningún efectivo.
4. Miedo a compartir su idea: Es común pensar que, si se le cuenta a alguien la idea, otra persona la puede robar y por temor a eso es que muchas personas optan por no contarla y comenten un grave error. Al compartir la idea con amigos o familiares, esta se puede testear y a validar, recibiendo así un buen feedback por parte ellos. Es muy probable que otras personas tengan la misma idea que uno, pero no todas tienen la misma pasión o conocimiento para llevarla a cabo.
5. Miedo a vender y hablar en público: “Emprendedor que no vende, muere”. No es fácil pararse frente a un público y vender una idea o producto, pero esto se va perfeccionando si se tiene actitud, todo parte por ahí. En el camino, se irá mejorando la técnica para saber cómo llegar al público y qué cosas se deben decir y qué otras no. El miedo puede paralizar a cualquier persona, pero es vital tener las ganas de aprender y no dejarse vencer.
6. Miedo de no ser lo suficientemente bueno: Cuando se decide emprender muchas dudas vienen a la mente, una de ellas está relacionada con cuestionarse uno mismo si será lo suficientemente bueno para hacerlo o no. Para algunas personas, este miedo se puede volver un gran problema, pues no importa lo mucho que trabajen, siempre se sentirán menos capaces. Por ello, es importante tener claro que nadie es perfecto, que los errores están para que uno pueda aprender y no se debe dejar que los miedos dominen los pensamientos.
Es por eso que es muy importante contar con un equipo que se complemente, y que cada uno sea el “experto” en su tema. De esa manera no estarán solos y podrán servir de soporte emocional y profesional para llevar a cabo el emprendimiento.
¿Te resonó? ¿Te sentiste identificada? ¿Cuál es el miedo que más te da? Te leo.
Tu Secre Amiga Virtual
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